Ang Lee, 2012
Olvidando las conclusiones religiosas o filosóficas que se quieran extraer de esta película, lo cierto es que se trata de una obra espectacular. Basada en un libro del que se decía que era imposible adaptar al cine, Ang Lee vuelve a demostrar su talento todoterreno creando una película absorvente, que atrapa de principio a fin.