jueves, 17 de noviembre de 2011

L'illusionniste

Sylvain Chomet, 2010.

Con un guión no realizado del desaparecido Jacques Tati, Sylvain Chomet construye esta película animada que es toda una delicia. Chomet es uno de esos creadores que van a contracorriente. Sus dibujos buscan la belleza en las cosas sencillas y se preocupan por mostar la dignidad del ser humano. Nos transportan a mundos del pasado reciente con personajes que luchan por sobrevivir en sociedades cambiantes. Son largometrajes donde apenas hay diálogos, donde la historia fluye a través de la acción y del gesto de sus criaturas. Ya en la magnífica Les triplettes de Belleville (2003), Chomet demostraba su capacidad para crear atmósferas y desarrollar una historia sin recurrir a los diálogos, casi como si se tratase de una vuelta a los orígenes del cine mudo, con la vista puesta en el cine de Chaplin principalmente. Algo, que por otro lado, comparte con el que fuera uno de los grandes autores cómicos franceses, Jacques Tati. 



En esta ocasión, la historia se centra en un mago, personaje que resucita al propio Tati, que se enfrenta a la decadencia del mundo del espectáculo tal como él lo entiende. Sus trucos ya no impresionan a una audiencia ávida de sensaciones más fuertes. Sólo una pobre adolescente, criada en un hostal en el que se hospeda el ilusionista, parece impresionada por su arte, hasta el extremo que cree encontrar en él a un tutor capaz de enmendar su triste vida. Ella se unirá al protagonista en su permanente periplo y él se desvivirá por complacer a su joven acompañante. Pero la magia ya no le da el suficiente dinero y tiene que buscar otros trabajos para mantener a la chica. 

El ritmo pausado y detenido en los detalles crean una atmósfera relajante, magnífica para desconectar de un día ruidoso y ajetreado. Además, la película respira una ternura y una sensibilidad únicas. Su comicidad está siempre acompañada por un tono nostálgico, que surge de la soledad de unos personajes que se ven cada vez más descolocados en un mundo que avanza por caminos que ellos no entienden.

martes, 15 de noviembre de 2011

Thor

Kenneth Branagh, 2011.

El mundo del cómic sigue dando de beber a una industria sedienta de éxitos comerciales basados en fórmulas de probada eficacia. A los directores se les da poco margen para la innovación artística y si quieren incorporar su estilo o sus ideas tienen que hacerlo dentro de unos límites. 
 

En esta ocasión es el actor y director inglés Kenneth Branagh el encargado de adaptar a la pantalla las viñetas de Thor, basadas a su vez en el mito nórdico del dios del trueno. Branagh intenta dotar de alma a una historia pobre, pero no se decide por el tono a seguir. Hay momentos de humor que parecen conducirnos a una parodia. Otros, sin embargo, que intentan construir una tragedia con tintes shakespearianos, mundo muy conocido por el director. En esa disyuntiva se mueve una película que también tiene que proporcionar las dosis necesarias de acción y efectos especiales. Y, aunque, se deja ver y tiene suficiente atractivo para mantenernos sentados viéndola, no pasa del puro pasatiempo, sin más, que ya es algo.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Midnight in Paris

Woody Allen, 2011.

Comedia de un Woody Allen menor, una de las que, paradójicamente, más han recaudado de su extensa filmografía. Su visión nostálgica de un París mágico es toda una declaración de amor y, al mismo tiempo, una maniobra de escapismo. A Woody Allen le gusta construir sus propias realidades a través del cine, eso le permite vivir durante el rodaje nuevas experiencias a la medida de sus preferencias, con chicas guapas, un ambiente exquisito, tiempos pasados llenos de personajes ilustres con los que conversar y aquí no se ha privado de nada. La realidad es menos dulce y duele más. Y, claro, con los tiempos que corren, al público le gusta este tipo de películas de turismo caramelizado, no exento de cierto ingenio romo. De ahí su éxito comercial.

El protagonista, Gil, interpretado por Owen Wilson, es la proyección en la pantalla del director americano que ya está demasiado mayor para poder seducir a las jovencitas que aparecen en la película. Gil es un escritor de guiones que aspira a convertirse en novelista. No se encuentra cómodo en el presente. Su novia tiene aspiraciones distintas  a las suyas, su comportamiento huraño y melancólico le separa cada vez más de ella y sus amistades. En sus paseos solitarios por el París nocturno encuentra una manera de viajar en el tiempo a la época dorada de los años veinte y poder encontrarse con personajes a los que admira, escritores como Hemingway o Scott Fitzgerald, pintores como Picasso o Dalí, directores de cine como Buñuel. Nunca llegamos a saber si estos viajes son simples visiones o sueños de una mente perturbada. El caso es que cada vez le cuesta más volver a la realidad y sentirse feliz con su vida. 

La idealización con que presenta Allen el París de esa época y los personajes que la pueblan, que son dibujados desde el cliché, hacen que la película pierda pegada y se convierta en un entretenimiento sin más. En muy pocas ocasiones encontramos aquí el talento del Allen más socarrón, algo que sí se hacía en la reciente Whatever Works (2009). Una pequeña decepción, aunque es una película que se ve con gusto y que divierte.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Bridesmaids

Paul Feig, 2011.

Comedia salida de la productora de Apatow, renovador de este género que algunos llaman post-comedia. Entre los titulos emblemáticos que han pasado por sus manos como director encontramos The 40-Year-Old Virgin (2005), Knocked Up (2007) o Funny People (2009). Para otras muchas que ha producido se observan unas líneas comunes, como ocurre con Bridesmaids, donde los actores y actrices son a la vez los guionistas de la película y hay un tipo de humor parecido. Pero, ¿qué significa ese término tan rimbombante de post-comedia? Frente a la comedia clásica donde predomina un humor elegante y políticamente correcto, aquí nos enfrentamos a uno más incómodo en el que se tratan temas delicados e incómodos relacionados con el sexo o con la escatología. De ahí que algunos espectadores salen de estas películas con una sensación más cercana al desagrado y la incomodidad que a la hilaridad. Eso no quita para que se traten también  temas más profundos como el paso a la madurez. 

Dicho esto, vamos a centrarnos en la película que nos ocupa. Lillian, personaje interpretado por una de las guionistas de la película, se va a casar con un ejecutivo importante. Su mejor amiga, Annie, interpretada también por otra de las guionistas, es una solterona que se encuentra en mala racha. Su amante es un auténtico cretino que no está dispuesto a involucrarse en una relación adulta. Después de fracasar en un negocio de pasteles, Annie tuvo que aceptar un trabajo en una joyería en la que no se siente cómoda. Vive en un apartamento compartido con un tipo raro y su hermana. Pero lo peor está por llegar. Su ilusión por organizar la fiesta de despedida y la ceremonia de su amiga se tornará en decepción cuando se meta por medio Helen, la guapa mujer del jefe de la empresa en la que trabaja el futuro marido de Lillian. Annie y Helen compiten por demostrar ser la mejor amiga de Lillian y eso desemboca en una serie de situaciones ridículas. Todo le sale mal a Annie, aunque la felicidad aparente del resto de damas de honor tampoco es mucho mayor. 

La película me ha parecido muy divertida, con un humor que, aunque puede resultar chocante en ocasiones, sabe meter el dedo en la llaga. La comedia está centrada en personajes femeninos y, de hecho, está escrita también por ellas. Esto le da un toque original, e incluso subversivo, ya que no solemos tener la oportunidad de oir y ver las barbaridades que hablan y hacen estos personajes femeninos. Pero es que además, no hay mejor manera de hablar de la esencia del ser humano, de su dignidad, que a través de sus comportamientos más indignos y ridículos. De ahí que nuestra sonrisa sea un poco de complicidad y de piadosa comprensión. Lástima que haya algunas secuencias innecesarias, como las interminables infracciones para llamar la atención del policía amante de Annie, que desmerecen el conjunto de una muy interesante película.