miércoles, 9 de noviembre de 2011

Midnight in Paris

Woody Allen, 2011.

Comedia de un Woody Allen menor, una de las que, paradójicamente, más han recaudado de su extensa filmografía. Su visión nostálgica de un París mágico es toda una declaración de amor y, al mismo tiempo, una maniobra de escapismo. A Woody Allen le gusta construir sus propias realidades a través del cine, eso le permite vivir durante el rodaje nuevas experiencias a la medida de sus preferencias, con chicas guapas, un ambiente exquisito, tiempos pasados llenos de personajes ilustres con los que conversar y aquí no se ha privado de nada. La realidad es menos dulce y duele más. Y, claro, con los tiempos que corren, al público le gusta este tipo de películas de turismo caramelizado, no exento de cierto ingenio romo. De ahí su éxito comercial.

El protagonista, Gil, interpretado por Owen Wilson, es la proyección en la pantalla del director americano que ya está demasiado mayor para poder seducir a las jovencitas que aparecen en la película. Gil es un escritor de guiones que aspira a convertirse en novelista. No se encuentra cómodo en el presente. Su novia tiene aspiraciones distintas  a las suyas, su comportamiento huraño y melancólico le separa cada vez más de ella y sus amistades. En sus paseos solitarios por el París nocturno encuentra una manera de viajar en el tiempo a la época dorada de los años veinte y poder encontrarse con personajes a los que admira, escritores como Hemingway o Scott Fitzgerald, pintores como Picasso o Dalí, directores de cine como Buñuel. Nunca llegamos a saber si estos viajes son simples visiones o sueños de una mente perturbada. El caso es que cada vez le cuesta más volver a la realidad y sentirse feliz con su vida. 

La idealización con que presenta Allen el París de esa época y los personajes que la pueblan, que son dibujados desde el cliché, hacen que la película pierda pegada y se convierta en un entretenimiento sin más. En muy pocas ocasiones encontramos aquí el talento del Allen más socarrón, algo que sí se hacía en la reciente Whatever Works (2009). Una pequeña decepción, aunque es una película que se ve con gusto y que divierte.

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