miércoles, 29 de septiembre de 2010

Vincere

Marco Bellocchio, 2009. Nota: 8,5.

Como dice su propio director se trata de un melodrama futurista. El movimiento del futurismo que apareció a principios del s. XX en Rusia y en Italia despreciaba el legado cultural del pasado para adoptar valores como el desarrollo tecnológico, la velocidad o el cambio violento de las cosas. La película que tiene elementos de un melodrama de tintes trágicos avanza con un ritmo ágil, rápido, sin detenerse ni regodearse en la nostalgia, ni en la contemplación del drama. De ahí que su director la considere futurista, incluso dice que se trata de un melodrama que se contradice así mismo. La historia es la de Ida Dalser, la mujer no reconocida nunca de Mussolini y que tuvo un hijo con el dictador. La trágica historia de Ida y de su hijo sirven también como hilo conductor para mostrar a su vez los años convulsos previos a la 1ª Guerra Mundial y los posteriores. La cinta se puede dividir en dos partes. En la primera, se cuenta el romance que viven Ida y un joven Mussolini, pudiendo ser testigos de sus inicios en el socialismo. En la segunda parte, Mussolini pasa a ser una imagen, un busto en mármol, un mito casi divino que se mueve en las pantallas de cine, y vivimos su asentamiento en el poder y su conversión a la ideología fascista más violenta. Ida no acepta el abandono de su amado y lucha por ser reconocida. En su actitud testaruda hay algo de fanatismo, de hecho no rechaza en ningún momento la ideología fascista, pero también de inocencia un tanto inmadura. Su tragedia avanza con tintes operísticos hacia un destino dramático. Hay secuencias de una fuerza emotiva muy poderosa, como cuando se sube a la verja para lanzar cartas mientras está nevando. El tono gris y fantasmal empapa una atmósfera malsana cargada de miedo y de hipocresía.

martes, 28 de septiembre de 2010

The Ghost Writer


Roman Polanski, 2010. Nota:8.

La historia está basada en una novela de Robert Harris que adaptó el guión junto con Polanski. Un escritor recibe el lucrativo encargo de escribir las memorias de un antiguo primer ministro del Reino Unido, llamado Lang, que es trasunto no disimulado de Tony Blair. El anterior escritor y consejero de Lang ha muerto en extrañas circunstancias y el personaje interpretado por Ewan McGregor se ve envuelto en un turbio asunto en el que están metidos desde importantes políticos a agentes secretos de la CIA. Lang es inculpado en una trama de crímenes contra la humanidad. Se muestra acorralado y es entonces cuando surge con fuerza la personalidad arroyadora de su mujer que muestra una inteligencia superior a la de su marido al que parece manejar a su antojo. Es una relación llena de mentiras, con infidelidades por parte de los dos, pero el interés o la dependencia mutua les mantiene unidos. Por otro lado, el escritor descubre que su predecesor estuvo investigando las relaciones del antiguo primer ministro con un agente de la CIA. La sospecha de que Lang fue un muñeco en manos de la CIA y que pudo cometer efectivamente esos crímenes contra la hunamidad afecta a la relación del escritor con el entorno de Lang. El thriller avanza hasta un desenlace ambigüo en el que la conspiranoia se adueña de la pantalla. El director juega a su antojo con una historia para llevarla a su terreno. Su pretensión es manejar el material con ironía para conseguir un divertimento al más puro estilo hitchcokiano. Los diálogos son agudos, de una inteligencia mordaz y los personajes están bien dibujados. Como suele ocurrir en otras películas de Polanski, el protagonista es un espectador pasivo que se ve envuelto en un mundo que no comprende. Se adentra en la trama con estupor y es incapaz de actuar a no ser para escapar en una persecución.

lunes, 27 de septiembre de 2010

The Girlfriend Experience


Steven Soderbergh, 2008.
Crítica social que refleja la crisis económica y de valores en la que nos encontramos. La protagonista es una chica escort de lujo que ofrece algo más que sexo. Lo que vende, a un precio sólo apto para ciertos bolsillos, es la experiencia de estar con una novia atenta y complaciente, y esto, amigos, no es fácil de encontrar. La chica se muestra cariñosa y aguanta las peroratas y las lamentaciones de unos personajes agobiados por la crisis. El director aprovecha así la oportunidad para reflexionar sobre la decadencia de un sistema que se hunde bajo unos cimientos basados en la codicia y la ambición desmedida. También la protagonista forma parte de ese mundo en el que el dinero es un rodillo que todo lo pisa, donde el mercado marca los movimientos de los personajes y el lujo es símbolo de éxito y único dios al que reverenciar. La comercialización de lo más íntimo de ella misma la convierte en un objeto frío, una belleza que se viste con prendas caras pero que se vacía de toda verdad. A pesar de que tiene un novio, no es capaz de relacionarse de una manera sincera y el individualismo prima sobre el compromiso. Esto queda patente cuando uno de los clientes le ofrece a la chica pasar un fin de semana romántico y decide abandonar a su pareja aduciendo que tiene que intentarlo. Una de las razones es que ha leído en un libro sobre personalidad que tiene compatibilidad con ese cliente. La fragilidad del compromiso se rompe con facilidad ante cualquier circunstancia, el individualismo egoísta se impone sobre cualquier otro valor. Pero el cliente no se presenta a la cita y la chica se queda náufraga en su soledad. El estilo que utiliza el director es frío y las imágnes son metálicas y muestra con sobriedad un mundo de apariencia, pero profundamente vacío. La narración se rompe continuamente, el tiempo no es cronológico y los personajes surgen desenfocados sobre fondos nítidos dando la sensación de la disolución de los contornos humanos de los personajes. La sensación de desorientación y de desagrado que nos embargan reflejan a la perfección el estado de ánimo de una sociedad sin rumbo.

domingo, 26 de septiembre de 2010

Alle Anderen (Entre nosotros)

Maren Ade, 2009.

Soberbia disección de una relación malsana de una pareja joven de vacaciones por Cerdeña. La película empieza con los dos protagonistas en casa de la hermana del chico que tiene dos hijos. El carácter extravagante de la chica se hace notar en su forma de relacionarse con la niña de unos cinco años de edad. Le pide que le diga que la odia y luego le apremia para que le de un disparo para después tirarse a la piscina. Queda así patente los problemas que tiene la protagonista para relacionarse con normalidad con su entorno, para conectar y comunicarse con otras personas, incluida su propia pareja, un arquitecto que se muestra siempre reservado y un tanto cohibido. La relación deja al descubierto pronto sus débiles lazos, basados en el sexo y quizás en el miedo a la soledad que ambos tienen. Si la chica se muestra complaciente es porque su inseguridad la impulsa a someterse a su novio. Es evidente que su amor tiene algo de enfermizo, de obsesivo y sacrifica su felicidad con tal de amoldarse a lo que espera de ella su pareja. El chico, por otro lado, es introvertido y también inseguro. Su miedo al fracaso le hacen comportarse con indecisión y parece varado en una parálisis que lo condena a ser un perdedor. Sus miradas, sus gestos demuestran que no solo no está contento consigo mismo sino que no se encuentra bien con su pareja, a la que rechaza y con la que no consigue compartir puntos de encuentro. Incluso evita el trato social debido a una especie de vergüenza ajena por el comportamiento estrambótico de la chica. Sin embargo, tiene una extraña dependencia por ella que le obliga a volver a sus brazos, aún sin amarla. Esta situación empeora cuando se enfrentan a la comparación con una pareja de enamorados que se abrazan y parecen amarse de manera empalagosa incluso. En una secuencia absolutamente memorable, las dos parejas escuchan una canción de amor. La pareja protagonista no es capaz de bailar juntos, ni siquiera de mostrar algo de complicidad y se mantienen torpemente alejados mientras observan consternados cómo la otra pareja se abrazan y comparten el momento.
En otra secuencia, los dos arquitectos amigos cojen a sus parejas y las tiran al agua de la piscina. La protagonista se va a la cocina y cuando aparece la otra chica le amenaza con un cuchillo conminándole a irse de la casa cuanto antes. La profundidad psicológica que la directora alcanza en estos momentos es asombrosa. Sus personajes son complejos y cercanos al mismo tiempo. Muestran una lucha desesperada por llegar al otro, por ser comprendidos, por conectar con su pareja. Pero la realidad es que no hay esperanza para unos protagonistas ciegos y cobardes, incapaces de escapar de la cárcel en la que se han metido. El estilo de la directora alemana es frío y sobrio y contrasta con ese paisaje cálido y romántico en el que se desarrolla la historia, una Cerdeña extraña, en la que el mar no aparece en ningún momento, como queriéndonos decir lo lejos que están los protagonistas de alcanzar la redención, la felicidad. Sólo algunas actuaciones algo forzadas deslucen una obra redonda.