jueves, 28 de abril de 2011

Dalla nube alla resistenza

Danièle Huillet, Jean-Marie Straub, 1979.

Basada en los textos de Cesare Pavese, la pareja de directores franceses, fieles a su estilo sobrio y austero, nos muestran distintos pasajes en los que hay un respeto reverencial al texto en el que se basan. No hay un hilo argumental ni una estructura narrativa convencional. La película se divide en dos partes. La primera parte se centra en la obra Diálogos con Leucò (Pavese, 1947) que narra una serie de pasajes de mitología clásica. En la segunda parte, basada en La luna y las fogatas (Pavese, 1950), vemos a un hombre que habla con distintos habitantes de su pueblo natal al que vuelve después de la Segunda Guerra Mundial. Los planos suelen ser fijos con dos o tres personajes recitando textos de la obra de Pavese o hablando entre sí. 

No hay ninguna concesión al espectáculo o al entretenimiento popular. Su rigor intelectual es honesto, aunque puede resultar aburrido si no se tiene un cierto interés por las fuentes de las que bebe su cine. En mi caso, por pura curiosidad quise terminar de verla y conocer a esta pareja de directores de la que había oído hablar bien. Su estilo es, desde luego, muy personal, pero es un tipo de cine que requiere mucho esfuerzo por parte del espectador. Eso o simplemente dejarnos llevar por unas imágenes y unos diálogos que nos permiten estar pensando en nuestras cosas sin perder el hilo. 

lunes, 25 de abril de 2011

Stalker

Andrei Tarkovsky, 1979.

Esta película es triste. No porque sea un dramón, ni porque muera algún personaje al que se le tome cariño, sino porque destila tristeza y pesadumbre existencial por todos los poros. 

La historia que nos cuenta el malogrado director ruso es la de un guía y dos turistas que se adentran en la llamada Zona, lugar al que se le atribuyen poderes mágicos desde que cayó un meteorito. Se trata de un territorio misterioso en el que se producen fenómenos extraños, como cambios repentinos del terreno, y donde es difícil entrar debido a que está prohibido por el ejército. Sólo algunas personas, llamadas Stalkers, pueden servir de guías dentro de este lugar, del que de otra forma es imposible salir con vida. En un edificio hay un cuarto del que se dice que concede los deseos más profundos de las personas que entran allí. 


A partir de esta premisa Tarkovsky construye una gris y solemne película de ciencia ficción que sirve de vehículo para filosofar sobre el universo, la pérdida de la espiritualidad y lo místico en el mundo y sobre los miedos y los deseos más ocultos del hombre. Pero todo esto, hecho con cierto humor, podría resultar más entretenido, menos triste. Si bien es cierto que el director ruso está considerado como un poeta de las imágenes, tanta gravedad puede resultar indigesta para un público no advertido. En la película hay escenas de una gran belleza visual, pero que nadie espere otra cosa, es seria, reflexiva y tiene un peso trascendental un tanto oscuro. Quizás influyó en el tono de la película el hecho de que el director no se encontraba en su mejor momento. Tuvo que rodar la película de nuevo después de que un accidente en el laboratorio fotográfico destruyese la película entera. Se dice que pasó una temporada en un sanatorio debido a la depresión que se apoderó de él. Cuando finalmente se decidió a rodarla de nuevo, lo tuvo que hacer con un presupuesto mucho más reducido y las dificultades había que solventarlas a base de imaginación y mucho tesón. El resultado es una elegía a la pérdida de lo mágico en el mundo. 

miércoles, 13 de abril de 2011

My Darling Clementine


John Ford, 1946.

El western en Ford no es solo violencia, es algo más rico e interesante. Para él, interesado en la historia más reciente de su país, se trata de un entorno perfecto para hablar sobre la organización de las comunidades y sus rituales, la familia y el mantenimiento del orden. Y en paralelo revitalizar y dignificar un género que con él se hizo adulto. Aquí nos cuenta la historia del famoso duelo en OK Corral entre los Earp y los Clanton. Wyatt Earp acepta el cargo de sherif en Tombstone después de que su hermano pequeño sea asesinado y su ganado robado. En el pueblo la ley del más fuerte parecía haberse adueñado de la convivencia. La familia Clanton campaba a sus anchas cometiendo delitos impunemente. Sólo Wyatt parece tener el valor de frenarle los pies. Por otro lado, el enfermo Doc Holliday entabla amistad con los Earp y no duda en ayudarlos cuando las cosas se ponen feas entre los dos clanes. La película está filmada con una economía de recursos y un equilibrio de plano que sólo la maestría de Ford podía conseguir. La épica tampoco falta en un film que es muy superior a otras revisiones de la misma historia.  


martes, 5 de abril de 2011

Singularidades De Uma Rapariga Loura

Manoel de Oliveira, 2009.

Oliveira es un director portugués con más de cien años. Y sigue haciendo cine. Su estilo pausado y reflexivo le permite detenerse en aquello que le interesa, el ser humano. En esta película nos relata la historia de un amor a primera vista y, al mismo tiempo y aunque sea paradójico, ciego. Una sola imagen basta para que un joven se enamore perdidamente. Una chica rubia apoyada en el alféizar de su ventana agita seductoramente un abanico chino.  El joven, que trabaja en el despacho de la empresa de su tío, idealiza tanto al objeto amado que pasa por alto algunos defectillos de la chica. Su tío le cuenta que la angelical rubia ha robado en su tienda y que no le permitirá que se case con ella. En su romántica obsesión rompe los lazos con su tío para aclarar el camino hacia su amada. Sin embargo, quiere labrarse un futuro profesional para poder ofrecer a la rubia un matrimonio desahogado y acepta un trabajo en Costa Verde. Marca el ritmo de su vida en función de una imagen idealizada para luego darse de bruces con una realidad tozuda. Y es que la chica es cleptómana. 

Oliveira nos sumerge en el mundo de la burguesía lisboeta con un estilo refinado y un tanto teatral. Aspecto este que provoca en el espectador una sensación de extrañamiento acentuada por una visión quizás caduca del amor. No deja de ser una película interesante, aunque me gustó más Belle Toujours (Oliveira, 2006), que retomaba, veinte años después, la relación de la pareja protagonista del film del magistral Luis Buñuel. Olivera sigue haciendo cine con pasión y con un insobornable estilo personal.