martes, 30 de abril de 2013

Argo

Ben Affleck, 2012



Ya en The Town (2010), Ben Affleck demostró que tiene buen pulso para contar historias con ritmo, que mantengan al espectador entretenido en su butaca. Argo ha sido todo un éxito, quizás excesivo, que le ha llevado a su director a conseguir el Oscar de este año a la Mejor Película. Un año donde obras más valiosas como The Master o Killing Them Softly han sido totalmente ignoradas. Pero Argo sabe jugar bien sus cartas, cuenta una historia que gusta mucho al público americano, donde se ensalza su espíritu tolerante, democrático y heróico. 

El protagonista, un agente de la CIA, interpretado por un solemne Ben Affleck, melancólico y tristón hasta el hartazgo, tiene que rescatar a un grupo de diplomáticos refugiados en la embajada canadiense del Irán revolucionario. Para ello urden un plan extravagante en el que simularán ir al país para rodar una película de ciencia ficción. 

El ritmo es vigoroso, pero hay poco sitio para la sorpresa y la experimentación, todo se construye medidamente y bajo los moldes más trillados del thriller político. Total, una película digna, pero un tanto sobrevalorada.

sábado, 27 de abril de 2013

El Leñador

The Woodsman
Nicole Kassell, 2004



Esta película me la recomendó una amiga y seguidora del blog, a la que le impresionó esta historia sobre un ex convicto que tiene que luchar por reintegrarse con normalidad de nuevo en la sociedad. 


Se trata de una película valiente al tratar un tema bastante espinoso como es el de la pederastia, sobre todo cuando el punto de vista es el del propio pederasta. ¿Puede alguien que ha cometido este tipo de crimen rehabilitarse, curarse de su perversión? ¿Llevarías a tus hijos pequeños a un colegio sabiendo que en el edificio de enfrente vive una persona así? ¿Saldrías con un tío de esta calaña? Son algunas de las interrogantes que surgen en esta obra y que la trasladan a terrenos pantanosos nada confortables. 

Tratar de entender a un personaje como éste es mucho más complicado que ponerse en la piel de un héroe, y más interesante. Así el gran acierto de la película es esa ambigüedad sobre el bien y el mal, esa incertidumbre que arrastra su protagonista que busca reconstruir su persona a partir de unos cimientos tan resquebrajados. Lo peor de la película es su tono demasiado oscuro y deprimente, sin ninguna cabida para la ironía y algunas situaciones un tanto rocambolescas, como la del segundo pederasta al que el protagonista descubre y vigila desde su ventana. 

sábado, 13 de abril de 2013

La Noche Más Oscura

Zero Dark Thirty
Kathryn Bigelow, 2012

En un año en el que el cine americano ha puesto su mirada en la historia de su país, desde los tiempos de la esclavitud (Django Desencadenado, Lincoln) hasta la caza y muerte de Osama Bin Laden de esta película, podemos decir que ha sido un año fructífero en lo cinematográfico. 

La nada complaciente obra que ha realizado Bigelow, autora de la menos interesante En Tierra Hostil (2008), nos sumerge en los entresijos de la investigación que llevará a la muerte del hombre más buscado desde el atentado de las Torres Gemelas. 

Lo sorprendente de esta historia es cómo está contada. Dejando a un lado el patriotismo autosatisfecho, la directora muestra una visión agridulce sobre una victoria cuestionable. Los métodos utilizados incluyen la tortura, negada por las altas esferas, y asumida como inevitable entre los que entregan su tiempo a la paciente búsqueda de pistas que den con Bin Laden. Esta búsqueda frustrante parece una empresa imposible, una quimera que conforme pasa el tiempo se cobra víctimas y provoca abandonos. 


El asalto a la casa donde se esconde el terrorista es de una violencia despojada de toda piedad, fría y mecánica. Es en este asalto, que se despliega durante la última media hora, donde se concentra lo mejor de la película. Filmado con cámaras de visión nocturna, alcanza unos niveles de tensión magistrales. La crueldad con la que se ejecuta a todos los miembros de la familia que allí residen tiene algo de horror moderno. El verismo con el que nos muestra lo que acontece nos traslada a lugares profundos de la historia más oscura de nuestros tiempos. Y así comprendemos esa imagen de la cúpula de la administración de Obama mientras contemplan estupefactos lo que está sucediendo. Es el plano y el contraplano de un momento histórico tan anhelado como, finalmente, irrelevante.




viernes, 5 de abril de 2013

Amor

Amour
Michael Haneke, 2012.

Quizás sea la mejor película de Michael Haneke hasta la fecha y, desde luego, una de las mejores de este año. La frialdad y crueldad que se le achacan al cine del director austríaco se tornan aquí en una mirada rebosante de humanidad, de una sensibilidad elegante y sutil, sin estridencias, ni efectos lacrimógenos. El distanciamiento que toma Haneke no lo es con los personajes, sino con sus decisiones, que en ningún momento son juzgadas. En todo caso, se plantean preguntas morales difíciles de responder. ¿Es aceptable la eutanasia para salvar la dignidad del paciente? ¿Qué papel tiene la sociedad occidental ante sus ancianos, población cada vez más numerosa? 


La vejez, la decadencia y la enfermedad son y han sido temas tabú en una sociedad consumista en la que solo vende la juventud y la belleza. Pero la verdad, aunque dura, está ahí y en algún momento, todos tienen que enfrentarse cara a cara con ellas. Una amiga cuyo padre murió hace poco de un cáncer humillante, me decía que esta película le produjo un impacto inmenso. Me comentó que ante algunas imágenes pensó: "Es así, es así". Es así como ella tenía que ayudar a andar a su padre de camino al baño. Es así como nos pillan desprevenidos las incongruencias de los enfermos cuya cabeza se pierde en las profundidades de la enfermedad. Y es así como a todos nos golpea por sorpresa la pérdida, el lado más cruel de la vida.