domingo, 5 de junio de 2011

White Material

Claire Denis, 2011.

Otra directora de cine francés con una visión muy personal e interesante. Luego dicen los entendidos, como nuestro resplandeciente y envalentonado nuevo director de la Academia de Cine, José Garasino, que el cine de nuestros vecinos es siempre igual. Más quisiéramos nosotros que tener una industria tan sana y variada como la francesa. Pero estas son otras discusiones.

Aquí tenemos la otra cara, menos romántica y más turbia, de Memorias de África (Sydney Pollack, 1985). En esta película nos sumergimos en una guerra civil de un país africano de la mano de una mujer, interpretada por la siempre soberbia Isabelle Huppert, que es la heredera de una plantación de café y que está dispuesta a arriesgarlo todo por mantener a flote la empresa. Todo a su alrededor parece hundirse, sus colaboradores huyen, su marido intenta vender la hacienda a sus espaldas y su hijo, un vago desmotivado, se comporta como un verdadero tarado. La fortaleza de la mujer para intentar sostener en sus espaldas un mundo que se desmorona es casi suicida y nos hace dudar de sus motivaciones. 

La directora nos presenta unos personajes complejos sumidos en una atmósfera febril a punto de incendiarse. A pesar de algunos momentos desconcertantes, casi ridículos, como la locura poco justificada del hijo mayor que se afeita la cabeza y se lanza a la calle con un rifle, la película nos arrastra a un mundo opresivo y malsano, donde el caos se muestra como una fuerza implacable. La protagonista es una mujer capaz de luchar hasta la extenuación por proteger el orden, la propiedad y, sobre todo, su familia. Por el contrario, los personajes masculinos, entre ellos un recuperado Christopher Lambert, son mostrados como seres débiles e indefensos, incapaces de salir adelante sin el soporte femenino. Ese es el punto de vista de la directora cuyo discurso es, al menos, sincero y valiente.    

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