jueves, 7 de octubre de 2010

Afterschool

Antonio Campos, 2008. Nota:7.



Película no estrenada en España aunque sí que ha sido proyectada en el festival de Gijón. Trata un tema delicado como es el del sexo y las drogas entre los adolescentes desde una perspectiva cruda y realista pero con un ritmo lento y con un estilo original, nada convencional. Un adolescente, Robert, filma accidentalmente la muerte de dos gemelas por la ingesta de una droga adulterada. El hecho trastoca la vida en el instituto en el que estudian todos, un centro para clase alta llamada Bryton. Los profesores y tutores de Robert se preocupan por cómo le haya podido afectar el incidente y deciden proponerle realizar un vídeo conmemorativo sobre las dos jóvenes. Pero el resultado del trabajo del adolescente, demasiado transgresor formalmente, no es comprendido por el director ("¡ni siquiera has puesto música!") y encarga la reedición a otra persona. Bajo estas líneas argumentales, el director reflexiona sobre la relación de los jóvenes con las imágenes. En una sociedad donde se puede acceder a todo tipo de vídeos relacionados con el sexo y la violencia y donde nuestras relaciones se han visto transformadas desde la aparición de las redes sociales, los jóvenes parecen sustituir el contacto saludable con la realidad y la interacción con los demás por una especie de sucedáneo que se encuentra en la pantalla del ordenador. La personalidad de Robert, en desarrollo, queda marcada tanto por las imágenes violentas en las que vive sumergido desde la red como por este desgraciado incidente que confirma y alimenta su imagen amenazante del mundo que le cohibe y atormenta. Las imágenes que filma el director están desenfocadas y sólo a través del visor de la cámara de vídeo que maneja el chico se pueden ver nítidas. De esta manera, el director expresa cómo se relaciona Rob con su entorno. A través de su cámara y en su mente se mezclan imágenes de youtube con lo que realmente está viviendo. Como si de un espectador se tratase no es capaz de actuar cuando se produce delante de sus ojos la muerte de las dos adolescentes. El final es un volcán de imágenes que estalla en la cabeza del adolescente y que podrían mostrar la mente perturbada de un loco o simplemente la imaginación desbocada del chico. La película de Antonio Campos se hermana con las del mismo tema de Gus Van Sant, Elephant o Paranoid Park. La adolescencia vista como una etapa llena de confusión y que se desarrolla en un terreno pantagoso e incluso tenebroso. Quizás se les podría reprochar la falta de un punto de alegre inocencia y energía positiva que también está presente en esta edad conflictiva.  

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