sábado, 23 de octubre de 2010

J'ai tué ma mère

Xavier Dolan, 2009.


Este director canadiense de 21 años es la nueva promesa del cine contemporáneo. Esta película la escribió con 17 años y la dirigió y protagonizó con 19 años. En el 2009 la seleccionaron para la Quinzaine des Réalisateurs de Cannes y recibió una ovación de ocho minutos, además de un premio. En la edición de 2010 ha vuelto a Cannes con Les amours imaginaires. A su edad, no está nada mal. Y viendo esta película se entiende que haya generado tanta expectación esta promesa precoz del cine. La película cuenta la historia de un adolescente que tiene problemas con su madre a la que ama y odia al mismo tiempo. Su orientación homosexual se está definiendo y mantiene una relación con un compañero de clase. Las secuencias de las discusiones con la madre se alternan con las de la complicidad y ternura entre los amantes, y ambas están filmadas con una naturalidad y una inteligencia asombrosas para la edad del creador. Formalmente la audacia de Dolan se refleja en unos planos asimétricos de un exquisito buen gusto. La originalidad de su estilo no está forzada y nunca pierde la coherencia con la historia que está contando. La cámara lenta se utiliza en momentos puntuales cuya expresividad poética resulta muy emotiva. Aunque parezca sorprendente este joven autor es capaz de construir una obra con resonancias de grandes obras maestras como In the Mood for Love de Wong Kar-Wai. Y todo desde la sinceridad y con muy pocos recursos económicos. El talento de este chico, si no se estropea, va a traernos mucho buen cine.

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