viernes, 29 de octubre de 2010

Le Silence de Lorna

Jean-Pierre Dardenne, Luc Dardenne, 2008.



Los hermanos Dardenne ganaron con esta película el premio al mejor guión en la edición de Cannes de 2008. Después de dos años ha llegado a las pantallas españolas esta película que se sumerge en el entorno de una mafia que amaña matrimonios para conseguir la nacionalidad belga a los que están dispuestos a pagar una suma importante de dinero. La protagonista, Lorna, una joven albana, se ha puesto en manos de esta mafia y la han casado con un yonki belga. La mafia quiere utilizarla  a su vez para amañar otro matrimonio con un ruso. Pero para ello tienen que deshacerse del yonki. Aquí es donde surge el conflicto moral que invade la conciencia de Lorna. Por un lado, ella intenta hacerse un hueco en una sociedad que no se lo pone fácil. Su instinto de supervivencia es fuerte hasta el punto de ponerse en manos de gente peligrosa y ser cómplice de negocios poco éticos. En una sociedad donde el dinero se ha convertido en el único valor (ahí está ese primer plano con el que comienza la película de un fajo de dinero), Lorna está dispuesta a taparse los ojos y la nariz para no ver ni oler la podredumbre que le rodea. Sus sueños la impulsan a silenciar sus instintos más humanos de justicia y solidaridad. Así, en la primera parte, vemos una Lorna egoísta y dura, distante y molesta con la continua demanda de atención del yonqui que vive con ella y necesita ayuda. Parece estar dispuesta a abandonarlo a su suerte, incluso a permitir que muera si es necesario. Sin embargo, poco a poco, Lorna pierde su batalla contra su propia conciencia y su naturaleza bondadosa. Y es entonces cuando se ve acorralada. En una asombrosa elipsis se produce una ruptura del relato que conduce la película hacia una espiral de paranoia en la que la protagonista acabará por enloquecer. El estilo de los Dardenne es sobrio y frío, muestra una realidad social dura que pone a sus personajes al límite de un mundo deshumanizado en el que los perdedores son desechables. Los autores de Rosetta retoman el motivo de la lucha de una chica por su supervivencia, con la diferencia de que en este caso la película es más narrativa, los silencios dan paso a diálogos elaborados para guiar el relato por una trama que es un thriller social. El único punto débil de este armazón narrativo está en la relación amorosa que se establece entre Lorna y el yonqui. Parece más un artificio necesario para el guión, que un movimiento natural de la protagonista. Chirría un poco que una chica ilusionada con un proyecto de vida junto a su novio caiga en brazos de un yonki dibujado con un patetismo premeditado. Esa escena de sexo entre los dos sólo se entiende a la vista de lo que ocurre después. Es decir, es como si el guión se hubiese escrito desde el desenlace. A pesar de esto, es una película muy digna que plantea cuestiones morales interesantes.

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