martes, 19 de octubre de 2010

Kick-Ass

Matthew Vaughn, 2010.



Divertida y explosiva mezcla de géneros y de temas que nos cuenta la historia de un adolescente que decide convertirse en un héroe a pesar de no tener ningún superpoder o habilidad especial. Las influencias son claras y pasan por el western de Leone, el cine de Tarantino (en especial Kill Bill), el cómic (no sólo el que sirve de adaptación para la película, sino también Watchmen y Batman) y el cine de adolescentes más subversivo (como Superbad, con la que comparte a uno de los actores, el que interpreta al inolvidable MacLoving). Además hay múltiples guiños a otras películas como Gomorra o El Silencio de los Corderos. Todo esto sirve para construir una historia divertida e impactante que no deja de resultar refrescante a pesar de que, como hemos visto, no es para nada original (¿hay algo que lo sea?). La violencia es explícita, aunque vista como un puro entretenimiento, despojada de toda consideración moral. Ya el cómic que sirve de referencia lo era, incluso más que la película. La trama y los personajes atrapan en su juego ambigüo de inocencia y agresividad, de ternura y despiadada venganza, de dulzura infantil y frialdad asesina, de divertimento humorístico y tragedia (consecuencia de una violencia que golpea a todos sus protagonistas). La fuerza que impulsa a los personajes es la misma que hace vibrar las imágenes de la cinta, llenas de colorido y vigor. Ya se está haciendo una secuela, pero de momento es imposible no dejarse seducir por esta fiesta del cine de género(s).

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