martes, 23 de noviembre de 2010

Bocaccio '70

Mario Monicelli, Federico Fellini, Luchino Visconti y Vittorio de Sica, 1962.

Esta película está compuesta por cuatro mediometrajes dirigidos cada uno por un gran director italiano. El primero es "Renzo e Luciana" de Monicelli, escrita con Italo Calvino. El segundo es "Le tentazioni del dottor Antonio" de Fellini. El tercero, "Il lavoro" de Visconti. Y el último, "La riffa" de Sica, escrita por Cesare Zavattini. El punto de partida de todas está en los cuentos eróticos relatados en el Decamerón de Bocaccio, aunque esto no quita para que cada uno se sumerja en sus respectivos mundos, muy reconocibles. Tanto en la película como en el libro, la mujer toma el protagonismo en las distintas historias, se muestra como un ser seductor y lleno de sensualidad que busca su independencia por caminos diversos. Los personajes masculinos son peleles gobernados por sus deseos sexuales y la mujer utiliza esta debilidad para ejercer poder sobre ellos, sin privarse de la búsqueda del placer lejos de las ataduras que supone una relación estable. El libro de Bocaccio fue prohibido por la Inquisición a pesar de ser un libro muy leído entre los clérigos de ese tiempo. Esta hipocresía es también tratada en los distintos capítulos, especialmente en el de Fellini, donde un casposo puritano lucha contra todo lo que considera ofensivo a la moral, mientras no puede evitar sentirse atraído hasta la locura por la imagen de una impresionante Anita Ekberg que publicita leche mostrando un escote bastante generoso. En la entrada anterior hay más comentarios sobre esta película.
En el cuento de Monicelli dos jóvenes esconden su relación y contraen matrimonio a espaldas de un directivo de la empresa en la que trabajan los dos y donde están explícitamente prohibidas las relaciones de pareja entre las jóvenes del departamento de administración. Además, la chica es deseada por el directivo, que la persigue con insistencia. Los dos jóvenes postergan su felicidad en pos de progresar socialmente. La crítica resulta preocupantemente actual a pesar de los cincuenta años que han pasado. 
En la historia de Visconti, una mujer insatisfecha con su marido, un conde que ha saltado a las primeras páginas de todos los periódicos por haber sido descubierto en una juerga con prostitutas, decide iniciar una nueva vida en la que buscará un trabajo para ganarse el dinero por sus propios medios. La terrible ironía es que la iluminada burguesa descubre pronto que lo mejor que sabe hacer es vender su cuerpo, empezando por su marido.
En la última película, De Sica se sumerje en un ambiente de paletos provincianos donde una exuberante Sofía Loren organiza una rifa, con la ayuda de los compañeros de su tenderete de feria, para sacar un dinero extra que la ayude a saldar sus deudas. El premio es nada más y menos que pasar una noche con ella. Los paletos del pueblo de Nápoles babean ante los balanceos de ese cuerpo escultural. ¿A quién de ellos le tocará el premio?

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