jueves, 25 de noviembre de 2010

Stagecoach

John Ford, 1939.



La Diligencia es la primera película rodada por Ford en el impresionante paisaje de Monument Valley, emblema del western. Poco queda por decir sobre este clásico bien conocido por la mayoría. Pero, ¿cómo ha envejecido con el paso del tiempo? Sorprende encontrarse con escenas tan afiladas y actuales como la discusión que se produce dentro de la diligencia entre un banquero corrupto y un borracho. Voy a reproducirla aquí porque resulta curiosa:
El banquero dice: "No sé adónde va a parar este gobierno. En vez de proteger a los hombres de negocios...mete la nariz en los negocios. Se habla ya de poner inspectores en los bancos. ¡Como si los banqueros no supiéramos dirigir nuestros bancos! He recibido una carta de un ridículo funcionario diciendo que van a examinar mis libros. El gobierno no debe intervenir en los negocios. Nuestra deuda nacional es algo asombroso. Lo que necesita el país es un hombre de negocios como Presidente." A lo que responde el médico borracho: "Lo que necesita el país es más cogorzas." 
Ford habla de temas que siempre le interesaron, como la hipocresía de la clase dominante en contraposición con la superioridad moral de los desfavorecidos. Los conflictos que se establecen entre los distintos personajes que realizan un viaje peligroso por territorio apache es lo más interesante y lo que mejor ha aguantado el paso del tiempo. Hay otras partes de las que no se puede decir lo mismo, que se han oxidado, que echan un tufillo a caducado. Por ejemplo, ese momento romántico-empalagoso en el que John Wayne pide a una de las viajeras, cuya vida licenciosa ha provocado que la Liga de la Ley y el Orden la haya expulsado del pueblo, que se case con él después de haberla visto sujetar un recién nacido. Por lo demás, la película reserva todos los momentos de acción, persecución con los indios y tiroteos,  para el último tercio de la película. Pero en ningún momento se echa de menos más acción y, la que hay, está rodada con una sorprendente madurez en un género al que todavía le quedaba mucho recorrido. De hecho es sorprendente una resolución tan escueta, con un apresurado fuera de campo, del tiroteo en el pueblo. Como si John Ford quisiera despojar de toda épica a ese momento de violencia entre vaqueros.

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